martes, 18 de octubre de 2011

Hojas

La joven cerraba la puerta, despacio, pero con la firmeza de que no volvería abrirla. Su cara no reflejaba nada. Su madre la volvía a mirar como todas las veces anteriores, sin comprenderla .

Ella seguía directa hasta su silla ,  el único contacto hacia lo exterior, su ventana. No se detuvo por la mirada de su madre y todo aquello que significaba... Como si no hubiese un antes, como si fuese la primera vez que lo hacía, como si estuviese sola.... como si no afectara a nada.

La madre reprimida con preguntas y motivada por la desesperación por comprenderla, se acercó.

Ella se mantenía en su silla, con ese triste fondo y concentrada en arrancar las hojas en blanco de su cuaderno,  como si todo aquello tuviese un sentido .


-¿Porqué las arrancas? ¿ Y si necesitas escribir en ellas?

La hija se detuvo, desvió su mirada hacia las ramas secas de los árboles, la hierba embarrada con la lluvia de ayer y una familia de hormigas ahogadas en el cúmulo de gotas que sobrevivieron  a las escasas salidas del sol. Volvió a retomar su actividad  y contestó...

-No quiero escribir nada en ellas...


-Será porque aún es pronto para saber lo que querrás hacer mañana...


-Sé lo que deseo hasta hoy, que se acaben las hojas.....

Volvió a dejar tiempo entre frase y frase, volvió a mirar a su hija, bella pero con el cabello descuidado. Con las uñas estropeadas por el trabajo y  y las manos agrietadas por el frío . Un estómago sin apetito y una cocina vacía. Se levantó para retirarse , soltándole el último comentario:

- Quizás cuando termines de arrancar la última página, querrás escribir algo - Le dijo con voz recta.


- Entonces habré dejado de querer escribir nada. Y el cuaderno me habrá servido para algo..



1 comentario:

  1. Creo que la joven sabe que hay sentimientos que no pueden transmitirse en un papel. Pero intuyo que, mucho antes de arrancar las hojas, tenía unas uñas perfectas, unas manos cálidas, un pelo precioso y en su cara se reflejaba una sonrisa maravillosa.
    Es joven y no está sola. Apuesto a que se recuperará.

    Mientras eso sucede, no sabes cómo me alegro de que tú vuelvas a escribir.

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